¿Cómo lavar, secar y planchar, adecuadamente, una prenda tejida?
A la hora de lavar, secar y guardar, una prenda tejida artesanal, es habitual tener ciertas dudas en cuanto a la mejor forma de hacerlo.
Para que ese tejido predilecto, se mantenga casi como el primer día -a pesar de los lavados- es conveniente tener en cuenta ciertas cosas.
Aquí les dejo lo que, a mi entender, vale la pena recordar:
– Lavar siempre con agua fría (una regla de oro!)
– Es preferible lavar las prendas tejidas de a una por vez.
– Conviene llenar el recipiente hasta la mitad y agregarle el detergente sintético especial o neutro bien diluido, o lavar con jabón blanco en pan, haciendo espuma en el agua.
En cualquier caso dejar la prenda en remojo por unos minutos.
– Luego de retirarla del recipiente, realizar el enjuague bajo el chorro de agua, sin levantar la prenda.
– Si se desea se puede agregar suavizante, por unos minutos más (en un el último enjuague), para luego retirar y comprimir sin retorcer. De esta forma no se daña el hilado.
– Para secar, luego de comprimir la prenda, conviene colocarla sobre una toalla blanca, enrollar y presionar para extraer el resto del agua. En el caso de prendas grandes, puede hacer falta repetir esto una vez más (usando un nueva toalla).
– Se puede usar el centrifugado, arrimando la prenda a la pared del tambor, y por no más de 1 minuto.
– No usar ninguna fuente de calor artificial para secar.
– Para terminar de secar, conviene ubicar la prenda del revés, sobre una tela limpia y blanca, y por último colgarla delicadamente, cuando apenas esté húmeda.
– El sol daña los colores, por lo tanto no es conveniente exponer el tejido al mismo.
– Para planchar, una prenda tejida, hacerlo a temperatura suave, sobre el revés de la prenda, interponiendo un paño húmedo y dando pequeños toques, sin presionar. Preferentemente sobre una superficie acolchada y
repasar finalmente con un paño seco.
Como datos finales recuerden:
– No planchar elásticos o puntos en relieve y no usar aprestos.
– Para guardar, doblar con cuidado y colocarlas en bolsas de polietileno, en forma individual.
– No colgar en percha, porque la prenda tiende a deformarse sobre todo en los hombros y en el largo.
– Usar antipolillas en aerosol, en perchitas o tabletas.
Teniendo en cuenta estos simples datos, nuestras prendas tejidas tendrán una larga y próspera vida!!